AGOSTO 2023

En este diario os contamos nuestra experiencia en Ibiza. En este viaje fue la primera vez en la que perdimos un vuelo, así que en este blog explicamos todo lo que eso nos conllevó además de nuestra experiencia.

Día 0

  •  No llegada a Ibiza

Nuestro vuelo a Ibiza salía a las 20:50h, durante esa misma tarde recibimos un mensaje a través de la app de Vueling conforme el vuelo se retrasaba una hora y cinco. Este mensaje resultó ser erróneo ya que el vuelo salió a su hora original.

Nos presentamos a la puerta de embarque justo 20 minutos antes del despegue del vuelo pero no nos dejaron embarcar. ¿Casualidad que durante esa semana estuviéramos recibiendo mails donde nos indicaban que si aceptábamos un cambio de horario a cambio de una compensación económica porque el vuelo estaba lleno?

Intentamos poner una queja en el mismo aeropuerto por todo lo sucedido pero nos fue imposible.

Habíamos reservado un vehículo para nuestra estancia a Ibiza, así que llamamos a la compañía de alquiler de vehículos para informar de lo sucedido pero no nos atendían. La única forma que tuvimos de contactar con ellos fue dirigirnos a la oficina de Ok Mobility de Barcelona.

Así que tras dar todas estas vueltas, compramos un vuelo para el día siguiente a primera hora a Ibiza pero muchísimo más caro.

Día 1

  • Llegada a Ibiza
  • Alquiler de vehículo
  • Playa es Bol Nou
  • Atardecer en Dalt Vila

Finalmente y después del día tan anterior tan intenso logramos llegar a Ibiza a las nueve de la mañana. Eso sí, el mismo día al intentar hacer el check in del vuelo de ida nos aparecía en la app que no había asientos disponibles, pero la azafata de facturación nos asignó unos asientos en la zona de space plus de manera gratuita al facturar nuestro equipaje.

Al llegar al aeropuerto de Ibiza teníamos que coger un transfer en el mismo aeropuerto que nos llevaba a la oficina de la compañía de alquiler Ok Mobility de manera totalmente gratuita. Estuvimos esperando este transfer durante UNA HORA bajo el sol. Es cierto que venían furgonetas a recoger gente muy frecuentemente pero había tantas personas esperando que no había otra manera que esperar un buen rato. La sensación nada más llegar fue patética, personas chillando a los conductores de las agencias de alquiler de vehículos, en algún momento tuvimos hasta miedo de que llegaran a las manos.

Cuando al fin llegamos a la oficina de alquiler tuvimos que esperar una hora más a que nos atendieran para la entrega de vehículo que jamás nos entregaron. Teníamos el coche previamente pagado para nuestra estancia completa en Ibiza pero nos dijeron que al no presentarnos el día anterior y tardar más de seis horas en recoger el vehículo la reserva se cancelaba automáticamente perdiendo la totalidad de nuestro dinero pagado.
Tuvimos que improvisar y volver al aeropuerto, allí alquilamos un coche en una agencia local donde nos ofrecieron un trato mucho más cercano y humano, eso si, al reservarlo sin antelación nos salió el doble de caro.
Como veréis, después de todo lo sucedido, nuestro viaje a Ibiza no empezaba de la mejor manera. Decidimos pasar un rato relajados en la piscina de nuestro alojamiento el Camping es Cana para olvidar todo lo sucedido y empezar a disfrutar de nuestra experiencia Ibicenca.

Cabañita en Camping es Cana

Aprovechamos la ocasión para pasear por los alrededores del camping, la zona de sa Carbonera. Una zona de bonitas playas pero más tranquilas que en otros puntos de Ibiza.

Paseo sa Carbonera

Ya por la tarde, nos encaminamos rumbo la zona sur de la isla a la playa es Bol Nou. En esta playa podéis encontrar aparcamiento gratis y también hay un chiringuito en la misma.

Si te mueves por los alrededores podrás encontrar zonas más solitarias. El agua es muy clara para hacer snorkel pero había bastantes algas, recomendamos llevar escarpines para evitar el dolor de las piedras en la orilla de la playa.

Además,  se caracteriza por sus tonos de roca rojiza.

Siguiendo el camino al lado del chiringuito encontrarás el mirador de la playa.

Mirador de la playa es Bol Nou

A tan solo diez km de esta playa se encuentra la ciudad de Ibiza. Fue una ciudad que nos gustó mucho y a la que nos hubiera gustado dedicar más tiempo del que estuvimos

Es bastante complicado aparcar en Ibiza ciudad, de hecho fue la única vez que pagamos parking en nuestra estancia en la isla. Estuvimos tres horas y pagamos 12€ por aparcar en un parking descubierto muy cerca de la zona del puerto.

Estuvimos dando un paseo súper agradable por la zona portuaria, lugar que recomendamos si vais a visitar la ciudad de Ibiza.

 

Puerto de Ibiza

Desde la misma zona del puerto tendréis vistas a Dalt Vila, antigua ciudad amurallada  que fue declarado patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Las murallas se encuentran bastante bien conservadas. Nos pareció un paseo super chulo para hacer.

Murallas de Ibiza

En Dalt Vila podrás encontrar rincones super especiales decorados con flores y con muchísimo mimo como por ejemplo en la plaza del sol. Tiendas preciosas, ¡te entrarán ganas de comprarte algo en cada una de ellas!

Nosotros tuvimos la suerte de ver el atardecer en el Baluard de Santa Llúcia ¡una zona preciosa!

Baluard de Santa Llúcia

Cenamos en casa sant Joan, sepia a la plancha y calamares a la romana súper ricos y súper económicos. Eso sí pasad con cierta antelación a preguntar si tienen mesa disponible, es un restaurante bastante demandado.

Muy cansados del estrés del día que habíamos vivido y con ganas de que se acabara nuestra mala experiencia en Ibiza volvimos a nuestro camping a dormir. El siguiente día sería un nuevo día y confiábamos en que ya se hubiera acabado nuestra mala suerte.

Día 2

  • Cala Xarraca
  • Faro de sa punta de Moscarter
  • Cala es Portitxol
  • Atardecer en cala Benirràs
  • Dalias Market Night

Desayunamos en el bar cocotte unas tostadas y un café.
A las 10h de la mañana llegamos a la cala Xarraca, una cala conocida por su columpio.
Hay descampados en los alrededores donde podéis aparcar gratis. Para llegar a la cala tendréis que hacer un camino  de 3km en coche con bastantes curvas y pendiente.
Al llegar a la cala, nos encontramos con un lugar bastante tranquilo, nos llevamos una decepción cuando descubrimos que ya no se encuentran los columpios que se situaban al lado de la casa de pescadores.
Eso si, aprovechamos para hacer snorkel en las aguas turquesas y cristalinas viendo la diversidad de vegetación marina y de los peces. Recomendable escarpines, nosotros estuvimos en la zona de las casas de pescadores donde hay bastantes piedras y la mayoría son resbaladizas, también había una plataforma de cemento desde la que te puedes tirar al agua. Es cierto que al acceder a la playa si que se puede encontrar una zona de arena con hamacas…

Cala Xarraca

Nos fuimos de la playa a las 12h, y ya no se estaba tan tranquilo como cuando llegamos.
Gracias al columpio que había en el pasado esta calita se ha hecho muy conocida.
A menos de cinco km de esta cala se encuentra el faro de sa punta de Moscarter. Nos apetecía hacer algo diferente en este viaje que no fuera tanta playa pero la verdad es que no nos gustó mucho. Después de aparcar tienes que hacer una caminata de unos 40 min ida y vuelta hasta el faro. Por lo menos, al llegar al faro corría mucho aire y se estaba bien, cosa que también agradecíamos después de pasar un día tan caluroso.

Faro de sa punta de Moscarter

Muy cerca del faro está el restaurante don Quijote donde comimos unas sardinas súper ricas y un postre típico ibicenco que se llama greixonera. Este dulce está hecho a base de las ensaimadas típicas de las baleares. Este restaurante tiene una terraza muy chula.
Una vez comidos y habiendo repuesto fuerzas nos dirigimos a la cala Es portitxol, para nosotros, la mejor cala que visitamos en Ibiza.

Para llegar a esta cala podéis aparcar en una explanada que encontraréis después de la urbanización isla blanca. Después se tiene que hacer una caminata de 2,7 km, nosotros tardamos 40 min en realizarla, tenéis que tener en cuenta que prácticamente no hay sombra, así que aconsejamos llevar agua. Nosotros hicimos la bajada a las 15h y la verdad es que nos asamos de calor. A partir de la segunda mitad del sendero, la ruta se empieza complicar, el camino cada vez se va estrechando más. Lo más complicado es el último medio kilometro dado su pendiente, así que tened en cuenta llevar calzado cómodo.

Ex Portitxol

La subida la hicimos a las seis de la tarde y la verdad es que fue más fácil que la bajada, encontramos más sombra.

Nuestra siguiente parada fue contemplar el famoso atardecer en cala Benirràs.
Para llegar hasta la cala recorrimos una carretera con mcuhas curvas.  Llegando encontramos señales de tráfico donde se indicaba que la circulación los domingos es limitada. El parking es gratuito pero encontramos agentes de Policia multando (si alguna rueda pisa la carretera), había tantos coches que muchos de ellos aparcaban al lado de la carretera.

Entrando en la cala encontramos un pequeño mercadillo hippie.

Fuimos a ver el atardecer con la motivación de ver el espectáculo de tambores realizado por los hippies, el cual habíamos leído que lo hacían los domingos, pero la verdad es que los hippies nunca llegaron. El atardecer fue muy bonito pero la realidad es que lo encontramos excesivamente masificado y eso le restaba encanto.

Atardecer en cala Benirràs

Nuestra última parada del día era el mercado hippie de las Dalias. Es mejor consultar el horario, según la época del año hacen un horario distinto, lo podéis consultar en la web oficial de las Dalias. Nos gustó muchísimo el mercadillo, tenía un rollo hippie super guay y era enooooorme. Encontraréis unos parkings para aparcar con un coste de 4€ pero si investigáis un poco llegaréis a una zona con plazas gratuitas bastante más tranquilas. 

Cenamos unas porciones de pizzas en el mismo mercado. Puedes encontrar diferentes productos hippis como ropa, calzado, complementos de todo tipo, la mayoría de las paradas eran artesanales. Incluso llegamos a encontrar un DJ que mezclaba canciones de tipo electrónica con estilo hippie, nunca habíamos escuchado esa variedad de música y la verdad es que nos encantó, es un mercado único en el mundo.

Dalias market night

Día 3

  • Cala Escul des Niu de s’Aguila
  • Cala d’hort
  • Atardecer en es Vedrà

En nuestro tercer día en la isla desayunamos en el bar extremeño, un bar muy cercano a nuestro camping.
Nuestra primera parada del día era la cala Escull des Niu de s’Aguila, la carretera para llegar hasta la cala es muy bonita, (es la carretera más bonita por la que pasamos en nuestra estancia en Ibiza).

Carretera hasta cala Escull des Niu de s’Aguila

Para llegar hasta esta tranquila cala tenéis que aparcar en el parking de la platgeta de s’Ullastre. En esta playita encontramos hamacas y sombrillas, después podéis ir andando recorriendo la playa hasta la cala Escull des Niu de s’Aliga. El camino de ida andando no te llevará más de 20 min, pero es un camino muy virgen que tendrás que caminar por encima de las rocas, en algún cacho hubiéramos necesitado cuerdas para agarrarnos pero el camino no dispone de ellas. En ninguno de los casos es un camino apto para niños. Recomendamos llevar calzado sujeto y sobre todo aseguraros siempre que en la roca que os vayáis a apoyar no sea una roca resbaladiza y sea estable. Pero como siempre, todo esfuerzo tiene su recompensa, finalmente llegamos a una playa de piedras súper tranquila, con deciros que solo éramos cuatro personas en esa playa ¿Quién imagina eso en pleno Agosto en Ibiza? En la zona de la derecha podrás encontrar unas pasarelas de madera que conectan diferentes islotes.

Cala Escull des Niu de s’Aguila

Después de comer fuimos a la mítica cala d’Hort, se puede aparcar de manera gratuita en un descampado que hay al lado de la cala o en plazas delimitadas en la misma carretera. 
Una bonita cala muy accesible de arena con una pasarela de madera, con vistas a los enigmáticos islotes de es Vedrà i es Vedranell en el lado derecho hay unas casetas de pescadores. Un punto a favor de esta cala es que está adaptada para personas minusválidas.

 

Pasarela en cala d’Hort

Al tratarse de una cala bastante accesible la encontramos un pelín masificada, pero la verdad es que la cala nos gustó muchísimo y la disfrutamos un montón.


En uno de los descampados que tenéis el mirador de cala d’Hort donde podréis contemplar la bonita cala.

Mirador de cala d’Hort

Muy cerca de esta cala tenéis el mirador de es Vedrà donde vimos el atardecer. No aconsejamos aparcar en el descampado más cercano, puesto que no es un lugar llano y no está nada adaptados para los vehículos con una suspensión baja. Hay más descampados por los alrededores.
Nos pareció un atardecer precioso, si el atardecer del día anterior nos gustó, este nos gustó aun más. Había bastante gente pero si investigas un poco puedes llegar a un lugar más tranquilo para contemplarlo.

Justo debajo del terraplén desde el que todo el mundo observa el atardecer hay una cueva secreta donde os podéis sacar una foto preciosa.

Cueva secreta es Vedrà

Por último, para despedir el día, estuvimos dando un paseo por los alrededores del camping.

Nos encontramos con una zona con un poco de ambiente, así que aprovechamos para tomar una cerveza y disfrutar un poco de la noche ibicenca.

Día 4

  • Cala Salada y cala Saladeta
  • Playa Talamanca
  • Retorno a Barcelona

Ya había llegado nuestro último día en Ibiza, decidimos repetir el desayuno en el bar cocotte y después de hacer el ceck out en el camping nos dirigimos a la cala Salada y cala Saladeta.

Al llegar al parking de estas calas nos encontramos que estaba lleno ¡y eso que llegamos bastante pronto! pero como es una de las calas más conocidas de la isla imaginamos que es una de las que más se llena.

Así que aparcamos en el parking más cercano, el de las piscinas municipales. Desde allí, cogimos un autobús por 1,9€ con parada en la misma cala.

La cala Salada es de piedras y con casetas de pescadores, también tiene una plataforma de cemento. La Saladeta, en cambio, es de arena. Ambas están separadas por unos pequeños acantilados.

En las calas también hay chiringuitos.

Cala Salada

Comimos unos paninis en el chiringuitos de la cala y después nos dirigimos a la zona del aeropuerto.

Para el vuelo de vuelta, no queríamos que nos pasara lo mismo que nos había pasado para la ida.

Así que, no muy lejos del aeropuerto podéis encontrar la playa Talamanca donde tomamos una bebida en el bar Bes Talamanca. Nos encantó este bar, desde el primer momento en el que entramos nos trataron genial y siempre con una sonrisa en la cara.

Por suerte, no tuvimos ninguna complicación en el vuelo de vuelta. Nuestro viaje a Ibiza ya había llegado a su fin y por suerte o por desgracia se trataba de un viaje del que nos íbamos a acordar siempre.